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Actividades por la Semana de la Memoria

La Dirección de Cultura de la Municipalidad, en conjunto con la Subsecretaría de Derechos Humanos llevaron adelante la propuesta “Jornada de sensibilización y participación” .- Siluetazos/intervención

A través de esta propuesta, se contribuye a ampliar contenidos y herramientas para el reconocimiento de manera trasversal, como sujetos de Derechos en todos sus ámbitos de la vida diaria. Ampliar respuestas por parte del Estado, reconocer, y visibilizar cuando están en riesgo, o hay vulneración de los mismos. Como así también presentar el rol, funciones y modos de intervención que lleva adelante la Subsecretaría, de manera tal que quede visible y al alcance de las personas, en pos de la protección de los Derechos Humanos.

Actividad “siluetazo”

La figura en tamaño natural que conforma el siluetazo hace visible lo invisible trayendo a los que no están presentes; por eso las primeras son formas vacías, negras, se traza el cuerpo en tamaño real,  sobre el papel.

Es una propuesta que permite trabajar grupalmente, y realizar intervenciones colectivas, a partir de productores culturales, colectivos y asociaciones de lucha por los derechos humanos, que comenzaron a intervenir las figuras vacías.

Más allá del tratamiento visual, la particularidad de la silueta como soporte y/o formato, es que implica pensar en el emplazamiento, la orientación y la postura.

La calle, la Plaza,  en este caso, sus destinatarios serán los transeúntes ocasionales; se los interpela para provocar una discontinuidad en su transitar diario.

La silueta o siluetazo, como espacio de creación con identidad propia en el campo de la Memoria y los Derechos Humanos.

Tiene su origen en nuestro país, a partir de la Intervención colectiva artística del 21 de septiembre de 1983.

Un colectivo de artistas, políticos y ciudadanos, entre ellos niños, adherentes, personas que quisieron participar y voluntarios, delinearon sus cuerpos sobre papel. Luego,  empapelaron la Plaza de Mayo y sus inmediaciones con sus figuras representando la presencia simbólica de los 30 mil detenidos/desaparecidos que produjo la última Dictadura Militar.

El proyecto original fue promovido por los artistas visuales Rodolfo Aguerreberry, Guillermo Kexel y Julio Flores y tuvo como antecedente la tarea del artista polaco Jerzy Skapski que había creado figuras con la imagen reproducida de los muertos que diariamente se producían en el centro de concentración alemán Auswicht.